La actividad inició el día lunes 14 a las cinco de la tarde con un pasacalle en el que la música de tambor y diversos artistas anunciaron la llegada del Circo. Los días siguientes, las jornadas iniciaron a las 10 de la mañana en la cancha “El Topito”, y consistieron en una serie de talleres en los que los niños y niñas de las escuelas “San Judas Tadeo” y “Dr. Julián Viso” probaron sus destrezas en las telas, con malabares, ejercicios de gimnasia, saltos de trampolín, colchonetas, una pelota de equilibrio y otros objetos que sirvieron para hacer volar su imaginación.
“Me parece increíble ver a los niños tan contentos, es algo diferente y motivador para ellos”, expresó la profesora Gladys Fernández de la escuela Dr. Julián Viso, pidiendo que actividades como éstas se repitan en la zona. Al final de cada tarde, la comunidad en general también tuvo la oportunidad de integrarse al arte circense con actividades especiales.
Entre risas, mucha nostalgia y deseos de volver, el circo se despidió el día sábado con una función cargada de energía y colorido, preinscribiendo además a 40 niños al Semillero de Circo, quienes aprenderán y practicarán este arte en la sede del Tiuna El Fuerte, en Longaray.
“Esta es una actividad que debe divulgarse para que llegue a otras parroquias porque es muy sana y además divertida”, manifestó Antonio Mendoza, ejecutante y docente de circo que formó parte del grupo de instructores de los talleres.
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